Presentación de la edición oficial del «Cantoral Litúrgico Nacional», preparado por la Comisión Episcopal española de Liturgia, febrero de 1982.
La reforma litúrgica, fruto del Concilio Vaticano II, ha estado centrada en estos años, de modo principal, en la publicación de los nuevos libros litúrgicos. A la vez, y aparte otros esfuerzos y realizaciones con carácter de ayuda para la implantación de dicha reforma, ha dado lugar a la creación de textos y melodías al servicio del culto cristiano.
Por iniciativa particular, además, compositores y editores han ido suministrando durante esta etapa posconciliar una variada colección de cantos para poder cubrir las necesidades, que el pueblo cristiano y sus pastores sentían en esta materia.
La amplia oferta, que se ha hecho en lengua vernácula, no siempre ha sido acertada, y entre aquellos a quienes iba destinada no todos han sido capaces de discernir lo que era bueno y apto para cada momento de la celebración y para cada tipo de asamblea.
El Secretariado Nacional de nuestra Comisión Episcopal de Liturgia ha trabajado arduamente, durante los últimos años, en una selección de cantos, conforme a esta triple finalidad: 1) ayudar a los responsables de las celebraciones en la elección de los más apropiados; 2) presentar un elenco de los mismos que pueda contribuir a la fijación de un repertorio de base para las celebraciones en lengua castellana en la amplia geografía nacional (y, con las debidas adaptaciones, en los países hermanos de la América hispana, en la medida que esta aportación les sea útil); 3) favorecer la progresiva elevación en la cultura musical de nuestro pueblo.
Es importante en la celebración saber utilizar los elementos sonoros (cantos y música) para dar mayor significación a la acción litúrgica y ofrecer elementos de transparencia a la plenitud simbólica del misterio celebrado. La música y el canto son dos medios privilegiados para potenciar la participación activa y consciente de toda asamblea.
La Comisión Episcopal de Liturgia desea vivamente que este Cantoral Litúrgico Nacional, que por primera vez se publica, sirva para dignificar el culto y para mejorar la calidad de las celebraciones en los templos.
Madrid, 2 de febrero de 1982, fiesta de la Presentación del Señor.