Prólogo para la obra «Antología del pensamiento de Juan Pablo II», de José María Alsina, 1979.
No hay más remedio que plantearse en estos años, que estamos viviendo los hijos de la Iglesia católica, si queremos ser fieles o no a las enseñanzas, que como padre y maestro viene ofreciéndonos incesantemente el Papa. Ya lo hizo Pablo VI durante su pontificado, y después, en muy corto espacio de tiempo –pero con qué conmovedora capacidad de penetración– Juan Pablo I. Hablo de éstos por ser los más cercanos. Los anteriores, Juan XXIII, Pío XII… también hablaron y escribieron sobre la Iglesia y los problemas de su tiempo. La luz que derramaron unos y otros no se ha extinguido.
Ahora, sin embargo, está sucediendo algo muy singular. La palabra del actual Pontífice, Juan Pablo II, está siendo acompañada de una orquestación vital-pastoral tan poderosa, que arrastra a las muchedumbres y las hace sentirse como empujadas por un fuego de Pentecostés. La palabra de Juan Pablo II es un auténtico golpe al corazón y al pensamiento de quienes la escuchan y aun de los que simplemente la leen en los periódicos de cada mañana o cada tarde, en que es recogida.
Pues bien, es necesario que examinemos esa palabra alejados del fuego y del torrente, que la meditemos con serenidad para que no se nos vaya envuelta en el oleaje de sentimientos de gozo, de sorpresa, de entusiasmo, que despierta, cuando es pronunciada o leída bajo la presión del momento.
Tiempo, tiempo para meditar esa palabra, es lo que yo ofrecería, si pudiera, como el mejor regalo a los hombres de hoy, a los católicos, a los que no lo son, siendo cristianos, a los agnósticos también, es decir, a todos, porque todos estamos necesitados de la fe y la esperanza, que la palabra del Papa promueve con vigor increíble.
Esta compilación de textos, preparada por el Dr. Alsina, profesor de la Universidad de Barcelona, en el Departamento de Ética y Sociología, miembro activo de la “Schola Cordis Iesu” constituye un notable acierto, empezando por la división que hace del magisterio del Papa actual en cinco grandes bloques de la mayor importancia, sobre los cuales Juan Pablo II ha lanzado al espacio la luz de su enseñanza y la vibración calurosa de su vida apostólica.
Dios, el hombre y la historia, la Iglesia y la evangelización, el sacerdocio y la vida religiosa, familia y educación, María Madre de Dios y Madre de la Iglesia… son los temas que han merecido la atención del compilador.
Esto facilita grandemente la reflexión y la posibilidad de tener una síntesis ordenada y coherente de lo que el Papa viene repitiendo sobre aspectos tan fundamentales de nuestra vida de fe de hoy, en la Iglesia de hoy, en la sociedad de hoy.
Basta ya de interpretaciones abusivas y enfermizas del concilio Vaticano II, que tanto daño han hecho al Pueblo de Dios. Es urgente la respuesta clamorosa de los hijos de la Iglesia católica a lo que nuestro Padre en la fe nos está diciendo. La Iglesia –escribe el Dr. Canals– que tenía una fe arrugada, contra la voluntad de su divino Esposo, ha recuperado la frescura de su vida desde los días de Juan Pablo I, el alegre y misterioso precursor; y cada día que pasa del pontificado de Juan Pablo II, ese frescor es cada vez más vivo y contagioso.
Estoy seguro de que la lectura sosegada de los documentos, que se recogen en este libro ayudará a disipar las tinieblas que aún quedan, y a que brille más intensa la luz de las nuevas auroras.