Presentación de la memoria anual de la “Caridad de la Iglesia en Barcelona”, 1967.
He aquí, una vez más, la Memoria de la “Caridad de la Iglesia en Barcelona”. La de ahora corresponde al año 1966. Hay cifras y datos abundantes para quienes quieran examinarlos con detenimiento y reflexión.
Quisiera hacer constar tres cosas:
Primera: Mi gratitud profunda y sincerísima a quienes colaboran en estos organismos de la Iglesia, la Cáritas diocesana, las parroquiales, las instituciones filiales y adheridas. A quienes organizan, promueven, dan de su tiempo y su dinero, ayudan con su trabajo y sus ideas; a todos, gracias en nombre del Señor.
Segunda: Un ruego encarecido y fervoroso: el de que en todas las parroquias de la Diócesis se constituya la Cáritas con el adecuado sistema de organización y normas que regulan su vida, con socios suscriptores fijos, con programas de acción concretos y actuales, con una junta directiva viva y dinámica. Y que con la Cáritas parroquial en las parroquias y con la diocesana en la Diócesis se coordinen y se unan, sin perder su personalidad, las demás instituciones de Caridad que trabajan en este campo.
Tercera: Que se estudie, por parte de todos, con seriedad y eficacia, lo que es Cáritas como servicio de Iglesia a los hombres. Servicio de amor, de comunión, de hermandad, de afán desinteresado y nobilísimo de ayuda de unos a otros en el sufrimiento y la desgracia. No sólo para remediarlas, sino para prevenirlas. Cáritas es también promoción, elevación del hombre y de las comunidades, creación de ambiente y actitudes propicios para el fomento de todo cuanto puede contribuir a la evangelización, en el sentido más rigurosamente pastoral de la palabra. Si los sacerdotes y fieles lo entendiéramos así, podríamos prestar un inmenso servicio a la comunidad cristiana y humana de Barcelona.
Julio, 1967