Texto de presentación de la Exposición «Piedras vivas» en la Catedral Primada de Toledo, 1992.
Merece aplauso la iniciativa del Cabildo de la Catedral de montar una Exposición en torno a las figuras de los Cardenales don Pedro González de Mendoza y fray Francisco Jiménez de Cisneros, cuyos pontificados se desarrollaron en torno a la fecha aproximada, cuyo centenario conmemoramos: la de 1492.
La proliferación de iniciativas de esta índole en el conjunto de la Iglesia española, que se suman de este modo a las que han surgido por impulso de instituciones oficiales o de fundaciones culturales, no podía dejar de tener alguna expresión adecuada en Toledo.
Alabo la orientación y contenido de eta Exposición desde el punto de vista de la fe, del arte y de la cultura. Los objetos que se exponen, permiten conocer una época muy creadora de la historia de la Catedral de Toledo.
La Exposición lleva el nombre de Piedras vivas, lo cual es un acierto, porque si estas nobles piedras catedralicias han surgido de la fe y del entusiasmo colectivo de un pueblo, y han visto pasar junto a ellas tanta vida de nuestros antepasados, necesitan seguir estando vivas y hablantes a las nuevas generaciones, como un ideal de hermosos proyectos realizables, que den sentido a tantas existencias humanas hoy vacías.
La Iglesia y el arte han sido siempre naturales aliados. El lenguaje del arte, bajo el impulso de la fe, ha interpretado como ningún otro medio los contenidos de la Revelación cristiana. Muchas de las más grandes creaciones artísticas, que nos han legado las generaciones anteriores, no hubieran alcanzado las cotas de suprema belleza que poseen, si no hubieran estado inspiradas por artistas deseosos de plasmar en sus obras sus hondos sentimientos religiosos.
Deseo que continúen en nuestra Catedral Primada estas manifestaciones. Y aún sería de desear que, dentro de sus posibilidades, la Iglesia mantenga un diálogo fructífero con el mundo de los artistas actuales, hoy a veces tan distantes de nosotros. Pienso que la reanudación de este diálogo será provechosa para la Iglesia y para los propios artistas, porque la Iglesia necesita hablar a la gente de hoy con el lenguaje de hoy y los verdaderos están en posesión de ese lenguaje.
Quiero manifestar mi más vivo agradecimiento a cuantos han colaborado en la Exposición Piedras vivas, personas e instituciones. Y que sirva para acrecentar el conocimiento de un pasado, del que todos nos sentimos orgullosos.
Quienes la visiten sentirán el gozo de ver que, al aumentar el conocimiento del pasado, se acrecienta también el deseo de mirar al futuro con idénticos afanes creativos como los que tuvieron nuestros mayores.
Los Cabildos de las catedrales tienen hoy como misión fundamental dar culto a Dios con toda perfección en las acciones litúrgicas y servir a todo ordenadamente, del modo que aconsejen las motivaciones pastorales.
Julio de 1992