Prólogo de la obra del P. Nazario Pérez, S.I., titulada «Historia mariana de España», 1993.
El jesuita Padre Nazario Pérez (1877-1952) publicó entre los años 1942 y 1949 la Historia mariana de España, en cinco volúmenes, y así ofreció al gran público el resultado de muchos años de dedicación a un tema tan amplio como es el contenido de este libro. Fueron muchos años gastados, con admirable paciencia investigadora, como exigencia de su profunda, y a la vez tierna, devoción a la Virgen.
De forma escalonada y con una cadencia, que podría dar la impresión de haber sido detalladamente programada, fueron apareciendo uno a uno los cinco volúmenes, que ahora en esta segunda edición quedan reducidos a dos. No solamente no se ha eliminado parte de la materia expuesta en aquellos cinco tomos, sino que la primera edición ha sido corregida y aumentada con una minuciosa revisión llevada a cabo por el también jesuita, P. Camilo Abad, que no ha podido ver publicada la actualización y mejora que hizo a la obra del Padre Nazario Pérez.
Gráficas J. Concejo, de Valladolid, publicó el primer tomo en 1942. En él se recoge la historia mariana de la época romana en España, desde la venida de la Madre de Dios en carne mortal a Zaragoza, hasta el siglo XIII. En la primera página de aquel primer volumen se pueden leer estas palabras con las que comienza el prólogo: “Quiero poner la cúpula al edificio de esta obra, que hace 40 años voy construyendo”.
Verdaderamente es admirable el trabajo sosegado, paciente y ejemplar de aquel Padre jesuita, que con tanta naturalidad como modestia no tiene inconveniente en afirmar que la suya no es la verdadera y completa historia mariana de España, que requerirá un inmenso trabajo de investigación en archivos y monumentos, todavía por hacer. Y añade: “Sin temor, pues, a las censuras, muy justas acaso, a que vamos a exponernos, nos lanzamos a publicar esta historia tan incompleta, que otros más tarde podrán completar; porque esperamos ha de ser muy útil para aumento de la devoción a la Santísima Virgen y para gloria de España”.
La editorial Sal Terrae se ocupó de publicar los otros volúmenes. En el 2º se recoge la espléndida riqueza de los siglos XIV al XVI. Sólo el siglo XVII da tema suficiente para el tomo 3º. Los siglos XVIII y XIX son tratados en el volumen 4º; y finalmente el tomo 5º está dedicado al siglo XX.
Constituye un gozoso deber, a los cincuenta años de aquella publicación laboriosa del primer volumen, resaltar y alabar el vigor y el acierto del Padre Nazario, que emprendió él solo y con tan pocos medios una tarea gigante, llevada a cabo con tan buenos resultados. En una época llena de carencias y limitaciones se hizo la edición con toda dignidad.
La originalidad de esta Historia Mariana de España consiste en que viene a demostrar que la historia de la devoción y el culto a Nuestra Señora y las bendiciones de Ella a sus hijos españoles, se entretejen, o, mejor, se funden con la historia del pueblo español. Por supuesto, con la historia eclesiástica; pero también con la historia civil y cultural de España. Y está muy dentro de los más variados campos de la ciencia, de la literatura y del arte en todas sus ramificaciones. Como prueba de ello, nuestros antepasados nos han dejado muestras evidentes de un quehacer aleccionador, y multitud de obras artísticas de extraordinario valor.
Fruto de su paciente trabajo y constante investigación ha sido tal número de datos, noticias y referencias a las más diversas épocas, lugares y personas, que difícilmente se podrán hallar en otra obra de este género. Él afirma que no era su pretensión ofrecernos un elenco de datos para satisfacer la curiosidad intelectual del lector. Su objetivo era mostrar la presencia de la Virgen en los pueblos de España; e inculcar a cuantos se acerquen a esta publicación, el amor y la devoción a la Señora, tan vinculada a la historia de nuestro pueblo y de sus gentes.
Posteriormente, hacia 1967, el Padre Camilo Abad, también jesuita, asumió gustosamente la dura tarea de revisar y enriquecer el contenido y la multitud de detalles mejorables de aquellos cinco volúmenes, editados en los años cuarenta. Se encargó de rehacer en lo necesario las abundantísimas páginas de la Historia Mariana de España, así como de añadir datos y aspectos, que han perfeccionado y completado el original del Padre Nazario. Pero no llegó a ver impreso el fruto de su laboriosa tarea.
Esta Historia Mariana de España, sin pretender hacer una revisión crítica de cuanto aquí se expone, tiene la gran importancia, y aún más, el acierto, de mostrarnos con claridad y con abundancia de datos, lo que nuestra gente ha pensado, ha dicho y ha hecho en relación con la Virgen María. Son teólogos y artistas, predicadores y poetas, nobles y labriegos, reyes y súbditos, los que con su visión religiosa de la vida desfilan por las páginas de este libro para dejar un testimonio de su fe vivida y de su devoción inquebrantable a la Madre de Dios. Es una historia viva, hecha de generosidad y de amor especialmente a la Virgen, en la que todos han participado, desde la Jerarquía de la Iglesia hasta el pueblo fiel, sencillo, laborioso y profundamente religioso. El clero y los frailes. Todos han sido actores de incontables pequeñas gestas de amor, y a la vez testigos y destinatarios de esa presencia operativa de la Virgen en medio de nuestros pueblos.
Hoy no estamos en condiciones de poder definir con precisión el papel que Ella ha desempeñado en tantas batallas, como se han librado en nuestro suelo. Importantes son las luchas que han tenido una resonancia social; pero no lo son menos aquellas otras, que se han librado en la intimidad del corazón de cada hombre, y en las que Ella ha tomado una parte tan importante.
Después de leer esta obra tan extensa se podría afirmar, con el Padre Nazario, que la literatura, la poesía, y la pintura, sin excluir la arquitectura y la música, han adoptado, como su quehacer más noble, el de plasmar y transmitir la referencia a María, que cada una de ellas puede recoger y ofrecer a los demás.
Verdaderamente, el P. Nazario Pérez, admirable por sus trabajos, y más admirable aún por la calidad de su vida, prestó un servicio de valor incalculable. No era justo que un trabajo de tanta utilidad como la Historia Mariana de España quedase oculto en algunas bibliotecas, y su contenido reservado a unos pocos, que tendrían el privilegio y la oportunidad de beneficiarse con su lectura.
Por este motivo, desde hace mucho tiempo, venía acariciando el proyecto de reeditar esta obra. Y estoy seguro de que con ella se dará a conocer una riqueza cultural, que últimamente no estaba al alcance del gran público, y que contribuirá poderosísimamente a que muchas almas buenas y sensibles a los valores del espíritu, reciban con la lectura de estas páginas una oleada de aire fresco, como un regalo del Espíritu, que aumenta su piedad.
Ahora, después de un duro y silencioso trabajo, y a pesar de las inevitables e imprevistas dificultades, que suelen surgir en estos casos, se puede ofrecer la reedición anhelada, llamada a producir grandes frutos. Ha sido el Deán de la Catedral Primada de Toledo, D. Evencio Cófreces, profesor de Teología Moral en nuestro Seminario, quien ha revisado el amplísimo texto, lo ha ordenado, lo ha reducido tipográficamente. A él le doy las gracias más sinceras.
Con esta publicación se brinda un servicio exquisito, que la sensibilidad humana sabrá valorar y apreciar convenientemente. De esta forma se da cumplimiento a los deseos que el Papa Juan Pablo II nos ha transmitido en su Encíclica Redemptoris Mater, cuando nos exhorta a “poner de relieve la especial presencia de la Madre de Cristo y de la Iglesia, promover una nueva y profunda lectura de cuanto el Concilio Vaticano II ha dicho sobre la Bienaventurada Virgen María, Madre de Dios…; y no sólo de la doctrina de la fe, sino también de la vida de la fe, y, por tanto, de la autentica espiritualidad mariana, que encuentra una fuente riquísima en las experiencias históricas de las personas y de las diversas comunidades cristianas, recordar todo lo que en el pasado (de la Iglesia) testimonia la especial y materna cooperación de la Madre de Dios en la obra de la salvación de Cristo Señor” (Redemptoris Mater 48-50).
Espero y confío en que esta Historia Mariana de España ayude a muchos a saborear la presencia secular de la Virgen entre nuestras gentes, para que de esta forma conozcan mejor la misión de Santa María en el misterio de Cristo y de la Iglesia. Así la sentiremos más cercana en nuestro incasable quehacer como constructores del Reino de Dios. Será la manera de asumir, de la mano de Santa María, la responsabilidad que a cada uno le corresponde. Ella desempeñará un papel insustituible en esta tarea de evangelización, a la que el Papa nos está urgiendo, y que es una tarea apasionante de la Iglesia entera y de cada cristiano responsable, que siente en su interior la fuerza expansiva de la fe.
Agradezco, por último, al P. Ignacio Iglesias las facilidades dadas, cuando era P. Provincial de la Compañía de Jesús, para el trabajo aquí realizado.
Toledo, mayo 1993