María en el misterio de la salvación

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María en el misterio de la salvación

Prólogo de la obra colectiva «El Libro de la Virgen», publicado por el Centro Bíblico Católico, bajo la dirección del P. Manuel Celada García, 1994.

El Libro de la Virgen, que edita el Centro Bíblico Católico, bajo la coordinación de D. Manuel Celada García, es una obra que pretende ofrecer a los lectores datos y estudios acerca de la Santísima Virgen María, en su vida, en su culto, en la historia de este culto y en las múltiples advocaciones, que de ella se encuentran en nuestro suelo patrio.

Profesores de reconocido prestigio, como el P. Enrique Llamas, O.C.D. y D. Félix Ochayta, con otros, que trabajan incansablemente en el campo de la mariología, se han unido en este volumen para ofrecer una obra de estudio, de piedad y de devoción.

De Maria nunquam satis. No se trata solamente de acumular datos en torno a la que por designio divino es la Madre de Dios y de los hombres. Se trata de recoger tales datos para penetrar más y más en su misterio, que tan inseparablemente va unido al misterio de Cristo, fundiéndose en el único misterio, que Dios nos ha revelado llegada la plenitud de los tiempos.

No se puede entender el misterio de María sin la luz del misterio de Cristo, único Mediador, Sumo Sacerdote entre Dios y los hombres. Pero este Mediador se ha complacido en unir a su obra otras colaboraciones humanas, entre las que destaca de manera singular la colaboración de su Madre Santísima.

El misterio de Cristo, por tanto, tampoco puede entenderse sin la luz que proyecta el misterio de María, la primera redimida, en la que la redención ha tenido ya su fruto más acabado y perfecto. Ella nos muestra, por una parte, hasta dónde quiere Dios Padre llegar en su designio amoroso, cuando ha decidido redimir a los hombres. Y, por otra parte, nos enseña cómo se debe recibir esa redención y cómo se debe colaborar activamente en la misma para que fructifique en bien en los demás.

Por eso, el misterio cristiano encuentra en María el modelo de su realización perfecta, y cuanto más profundiza en Ella más se entiende a Cristo, mejor se intuye el misterio del hombre, y, en definitiva, mejor se capta el profundo y amoroso designio de Dios para con nosotros.

Me alegro de presentar este Libro de la Virgen, con el que sus autores nos ayudan a conocer mejor el misterio de María. Y además de hacerlo con maestría, lo hacen asequible a todo tipo de fieles. Felicito el que sepan unir el rigor dogmático con la piedad popular, puesto que, en la profundización del misterio mariano, han sido no sólo los teólogos, sino en primer lugar el Pueblo de Dios el que ha vivido y captado la profundidad del misterio de María, llegando a expresarlo de múltiples formas en la piedad popular.

Esa piedad popular, en relación con el misterio de María, continúa siendo un lugar precioso para el creyente que reflexiona sobre su fe: eso es un teólogo. Teniendo siempre en cuenta que esa fe es la fe de la Iglesia, que viene auténticamente interpretada por quienes en la Iglesia han recibido este ministerio, esto es, por el Magisterio.

Deseo que se propague y se difunda este libro, y agradezco a los autores y a sus editores que lo hayan hecho posible. María, que es madre buena, sabrá recompensarles lo que por Ella ha hecho cada uno. Aunque ya lleva su premio el simple hecho de poder tratar de la Madre.

Con mi afecto y bendición.

Toledo 5 de diciembre de 1994.